El Proyecto de Pastoral Vocacional (II). Marco de la realidad. En la anterior entrega (Proyecto de PV I) miramos la importancia de tener un equipo que ayude a mirar con mayor objetividad y amplitud el trabajo pastoral. Recordando que se busca suscitar, acompañar y discernir la vocación en diversos destinatarios.
En esta segunda entrega miraremos la importancia: a) de analizar la realidad de nuestros destinatarios y, b) realizar un diagnóstico.
Para iluminar un poco este momento te sugerimos utilizar el siguiente video y animar la valoración de lo que la institución ha hecho en pro de las vocaciones. Puedes ver el vídeo aquí.
I. El análisis de la realidad.
Se propone tener claro los destinatarios. No es lo mismo una actividad vocacional para suscitar inquietudes juveniles que promover la vocación en las hermanas junioras de un convento para que todas animen a chicas.
Es por eso que para analizar la realidad, con la propuesta la ficha que puedes descargar, es necesario conocer los distintos niveles de aquellos a los que se dirige el proyecto de pastoral vocacional. Te proponemos 4 que están en los manuales de los IPV´s.
- a) El nivel de mentalización: es la acción que recae sobre los últimos responsables de la pastoral vocacional: obispos, superiores, rectores, coordinadores de pastoral vocacional. Por ejemplo: enviar a especializar a un miembro de la comunidad en Pastoral Vocacional y técnicas de acompañamiento.
- b) Nivel de asesoría: es la acción que recae en las personas encargadas de coordinar agentes y actividades vocaciones de la institución. Por ejemplo: una reunión de promotores vocacionales, una hora santa con los coordinadores parroquiales de pastoral vocacional, etc.
- c) Nivel de animación: esta acción se reconoce porque alimenta, fortalece y sostiene la vocación de los agentes de pastoral vocacional. Por ejemplo: animar a catequistas reconozcan su vocación y ministerio; formación pastoral para promotores; retiro de bienhechores del Seminario, etc.
- d) Ejecución: Quizá el más conocido. En este nivel están las acciones que recaen sobre el fomento, formación y sostenimiento de las vocaciones. Por ejemplo: una feria vocacional para despertar interés de los jóvenes en una institución vocacional, un retiro de matrimonios para renovar su vocación, una campaña de oración por los sacerdotes de la diócesis, etc.
Una lluvia de ideas
Una vez clarificado los niveles es necesario reconocer las actividades y destinatarios que el equipo ha atendido en materia vocacional. Para esto sirve mucho realizar una lluvia de ideas sobre las actividades que recuerdan que han realizado en el equipo y luego clasificar en cada nivel correspondiente. Esta ficha te puede ser útil:
Posteriormente conviene analizar con la siguiente ficha la realidad de los destinatarios.
II. Aterrizamos en un diagnóstico pastoral
Aterrizar el Proyecto de Pastoral Vocacional supone un contraste entre la realidad que vivimos en nuestra pastoral vocacional con la ideal que nos pide el marco teórico sobre la pastoral vocacional presente en el Magisterio sobre la vocación, los Planes pastorales de la Diócesis, el ideal propuesto por la Institución, etc.
Decimos cercano a nosotros porque se usan palabras de la vida cotidiana. En la ficha que te facilitamos desde los IPV usamos el lenguaje médico. A veces también podríamos usar términos usados en la agricultura, en el Magisterio del Papa Francisco, etc. El equipo decidirá con qué palabras diagnosticar más comprensible la realidad. Por ejemplo: a) «Nuestra Pastoral Vocacional la consideramos árida», b) «Nuestra pastoral vocacional la sentimos almidonada» o c) «Tenemos una pastoral vocacional febril.
Acto seguido es bueno explicar por qué. Siguiendo los anteriores ejemplos: a) Porque: es muy grande la actividad que nos espera en todas las plataformas de acción vocacional pero no contamos con suficientes recursos para atenderlos; b) Dado que: nos manifestamos rígidos con los jóvenes, inalcanzables y fuera de la realidad de la que viven, les proponemos ideales abstractos y fuera de contexto; c) Porque: Notamos mucha efervescencia y asistencia de jóvenes a nuestras actividades pero poco proceso para discernir sus motivaciones y, al final, dejan el proceso.
La ficha que te sugerimos puede servirte a concluir, con tu equipo, en el diagnóstico.
Esperamos que este paso sea intenso y apasionado por las vocaciones en tu institución y toda la Iglesia a la que sirves. Esto será signo no sólo de desear conocer la realidad sino acompañarla en su conversión cristiana.
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