D. Alberto es sacerdote de la diócesis de Segovia (España) actualmente, estudiante en el Pontificio Colegio Español de San José de Roma y especialista en Teología Espiritual.
La Pascua es tiempo de vida nueva, de esperanza, de caminos abiertos. Es tiempo en que el Señor Resucitado se hace el encontradizo y vuelve a llamar por su nombre a quienes un día se sintieron mirados por Él. Por eso, te ofrecemos este retiro vocacional para jóvenes que deseen abrir su corazón a la voz de Cristo que hoy sigue preguntando: “¿Me amas?… Sígueme” (Jn 21,15-19).
Este retiro está centrado en la figura de san Pedro, y propone un itinerario espiritual pascual que combina oración, silencio, dinámicas y música. Las reflexiones se articulan en torno a las tres preguntas que Jesús hace a Pedro, y a las respuestas que este va dando desde su fragilidad, su historia y su deseo de fidelidad.
¿A quién va dirigido?
A grupos de jóvenes con inquietudes vocacionales, a seminaristas en etapas iniciales, y también a responsables de pastoral juvenil que deseen ofrecer un espacio de discernimiento vivo y orante.
¿Cómo usar este retiro?
– El archivo que encontrarás más abajo contiene el esquema completo de un retiro de un día, con tiempos de oración, reflexiones guiadas, textos bíblicos y propuestas de canciones.
– Se recomienda realizarlo en un entorno tranquilo, con espacio para el silencio personal, y adaptarlo al grupo que se tenga delante.
– La dinámica de las redes ayuda a recoger los frutos de cada meditación de forma creativa y simbólica: cada joven guarda sus reflexiones como ‘peces’ que luego entrega al Señor.
– El retiro culmina con una Eucaristía vocacional, que recoge lo vivido y ayuda a integrar la experiencia en clave de seguimiento.
¿Qué se busca?
No se trata de “sacar respuestas inmediatas”, sino de abrir procesos. Que cada joven, como Pedro, se deje mirar, interpelar y enviar por el Señor que ha vencido la muerte. Que descubra que su historia es el lugar donde Cristo lo espera para decirle: “Apacienta mis ovejas”.
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