Objetivo:
Lograr que el niño/joven/adulto conozca los llamados que Dios nos hace para que creando lenguajes comunes formemos una cultura vocacional.
Observar
A preparar:
Poner varios aparatos ( o por lo menos 2) de distintas épocas. Ej. : Un disco antiguo (de acetato), un casett, un cd, un mp3, teléfono móvil, etc.
Representación:
Se pedirá a dos personas que conozcan el uso de aparatos distintos a los de la época de los interlocutores, que comiencen un diálogo sobre el uso de estos aparatos, para que los que reciben el tema se sientan fuera de lugar. Entonces dirigiéndose al grupo decirles: ¿No saben cómo se usan? Y hablar de algo que ellos si conozcan y expresen su uso.
Cuando nosotros no conocemos ciertos lenguajes de la cultura, podemos quedar fuera de la conversación y en el aire, como pasó en el primer caso; pero cuando sabemos a lo que se refieren y significan ciertos términos y palabras, entonces entramos en esta cultura; de ahí la importancia de hablar de: “CULTURA VOCACIONAL”
Discernir
A primera vista podríamos decir respecto a la cultura vocacional: «¿Y eso cómo se come?». Cuando no hemos escuchado estas palabras, sí que es extraño. Por eso es necesario conocer primero lo que es la vocación.
Vocación viene del término latino – “vocatio”, del verbo “vocare”, que significa llamar.
Un llamado que implica a dos personas, una que habla y otra que responde. Hoy hablaremos precisamente del llamado que nos hace Dios.
Vocación a ser personas
El primer llamado que recibimos de Dios, es la vocación (llamado) a ser personas. Nos llama a la vida y a darle sentido a esta. Dios Padre nos llama a vivir y si estamos aquí no es casualidad, cada uno de nosotros fuimos llamados a realizarnos dentro de un proyecto humano e histórico, es decir en este momento de la historia que nos ha tocado vivir, con estas características propias de nuestro tiempo, en tu ciudad, tu colonia. Dios nos llama porque nos ama.
Vocación a ser discípulos-misioneros
El vivir no es el único llamado a que recibimos. El segundo llamado a que estamos invitados es a encontrarnos y conocer a Cristo. Esto sucede por nuestro bautismo, donde somos llamados a seguir a Cristo, a ser sus discípulos-misioneros, por eso:
“Conocer a Jesús es el mejor regalo que puede recibir cualquier persona; haberlo encontrado nosotros es lo mejor que nos ha podido ocurrir en la vida, y darlo a conocer con nuestra palabra y obras es nuestro gozo”.
Documento de Aparecida, 32
Ser sus discípulos no es solo conformarse con ir a misa de vez en cuando o todos los domingos (es parte pero no lo es todo); ser discípulo implica es mucho más. Es esforzarme por conocerlo cada vez más y compartir la alegría de encontrarlo.
Es Cristo, la Palabra del Padre, quien nos revela que Dios es Amor, y por amor nos llama, dejándonos en libertad para escucharlo y responderle, esto es: seguirlo y anunciarlo, como el discípulo que encuentra y comparte con sus hermanos la alegría de estar con el maestro.
Vocación específica
Una vocación más que recibimos se desprende del Espíritu Santo, que nos confía una misión concreta al servicio de la Iglesia.
Es el Espíritu Santo quien nos capacita para amar y donarnos de un modo más específico a través de tres estados de vida: laical, consagrado y ministerio ordenado. Estos tres estados tienen un mismo punto de partida: el bautismo; y una doble meta: la comunión y santidad, pero cada uno llega a su plenitud y se realiza de un modo especial y concreto, llevándonos a amar a Dios con características propias.
Por último, recordemos que hablar de cultura vocacional es tener lenguajes comunes que nos lleven a:
- Tener una nueva mentalidad que nos lleve a pensar en una nueva relación con Dios y la comunidad.
- Se sensibles y vivir con motivaciones que den un nuevo giro y significado a nuestra relación con Dios, los hermanos y la creación.
- Practicar un nuevo estilo de vida coherente con lo que pensamos y nos motiva.
La cultura vocacional se formará en la medida en que no nos de miedo preguntar y reflexionar en los llamados que Dios nos hace, pero también ha de alimentarse por la oración y reflexión de la Palabra de Dios.
Actuar
En equipos comentamos:
- ¿Qué te llamo más la atención?
- ¿Crees que es importante crear una cultura vocacional? ¿Por qué?
- ¿Conoces algo de los llamados específicos?
Después de comentar las preguntas, con nuestro mismo equipo elaboraremos un collage referente al tema.
Celebrar
Como compartimos en el tema, la cultura vocacional se va creando poco a poco e implica conocerla y arriesgarnos a vivir de un nuevo modo, pero teniendo muy presente que es Dios quien nos llama primero a la vida y conocer a su hijo Jesucristo, pero también desea que le sirvamos de una manera más específica. Por eso vamos a finalizar este momento con estas palabras del documento de la Verbum Domini nº 77:
“Cuanto más ahondemos en nuestra relación personal con el Señor Jesús, tanto más nos daremos cuenta de que Él nos llama a la santidad mediante opciones definitivas”.
(Dejar un momento de silencio)
Canto: «Hoy en oración» o cualquier otro que implique conocer la propia vocación.
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