En Paraguay, ha empezado recientemente, convocado por los obispos, el año del laico, necesario para vivir “un tiempo de gracia”, para reafirmar el proceso sinodal en la vida de la Iglesia. Pues, solo así, pueden superarse todos los desafíos de los tiempos actuales.
Valerse de medios tecnológicos
Los encuentros para formar a estos laicos son a través de plataformas virtuales. Uno de sus objetivos es recordarles que tienen una misión como discípulos del Señor. Misión que consiste en anunciar la buena nueva y que, solo con un verdadero testimonio, como testigos y posibles mártires, podrán iluminar las tinieblas de aquellos que viven en la obscuridad.
La vocación de todo cristiano es ser lámpara que ilumine en el lugar donde sea colocada, para predicar al Señor y cumplir con la misión que nos ha encomendado a cada uno de nosotros. Que sea para nosotros una invitación a disponer espacios donde todo creyente pueda formarse, discernir – responder con fuerza y radicalidad a la invitación del anuncio diario del Evangelio.
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