Objetivo: El joven reconoce y experimenta la redención de Dios sobre su miseria humana, con la cual cuenta para su proyecto de salvación.
- ¿Te ha pasado?
Isabela es una joven que está en un proceso de discernimiento vocacional y en el colegio está llevando un acompañamiento con una trabajadora social. Ella le ha ayudado a comprender mejor su historia, a sanar sus heridas y a aceptar mejor su presente.
Ahora que ella está más tranquila ha sentido un deseo de servir más a Dios. Pero siente que le falta algo. Suele ir a la parroquia el fin de semana y ayudar en la liturgia y en el coro. Ella se siente muy contenta de poder hacerlo.
Para ella es importante tener a Dios en las decisiones, pero a pesar de estar convencida intelectualmente siente que le falta algo más. Y es justo ahora, que quiere decidirse, que ve conveniente una experiencia espiritual más profunda de Dios que la ayude a decidir mejor su camino.
2. Palabra que ilumina
Leemos Mc 1, 1-8
Comentario
Marcos comienza su evangelio con una introducción que anuncia el proyecto de toda su obra: presentar a Jesús como Mesías e Hijo de Dios. En estos títulos queda expresada la verdadera identidad de Jesús. Tal identidad, que se irá descubriendo y comprendiendo progresivamente a la luz de las palabras y las obras, es la insinuada también en la predicación de Juan Bautista (Mc 1, 9-11) y las tentaciones (Mc 1, 12-13). Estos episodios pretenden orientar al lector para que emprenda, de manera correcta, la lectura y meditación de todo lo que sigue. Debe evitar falsas esperanzas y triunfalismos peligrosos. La manifestación de Jesús no seguirá el esquema ya gastado de los honores, el esplendor y la gloria, sino que inesperadamente se manifestará en la debilidad, la lucha y el sufrimiento.
La palabra bautismo en griego significa sumergirse. En la Biblia esta palabra tiene mucho simbolismo: sumergirse en el sufrimiento (Mc 10,38; Lc 12,50). La inmersión en el agua es símbolo de purificación, pues al salir del agua es sumergido es otra persona.
El bautismo cristiano es una realidad mucho más profunda. Se trata de un bautismo en el Espíritu Santo, mediante el cual se borra completamente el pecado y se establece una comunión con Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo. El agua es símbolo del morir al pecado para nacer para Dios en una nueva creatura, morir y resucitar con Cristo (Jn 3,5; Rom 6,3ss; 2Cor 5,17; Cor 2,20- 3,4)
3. Espejo
Considerando que no basta una maduración humana para emprender el camino vocacional serio te invitamos, al igual que a Isabela, a considerar desde Dios la propia debilidad. En el caso de Isabela la trabajadora social le ha ayudado a asumir su debilidad desde un plano científico y psicológico, lo cual ¡está muy bien! Siguiendo el camino iniciado en el ejercicio anterior (I-IV), ahora es tiempo de darle cabida a Dios y a la conversión de las actitudes que brotan del pecado, es decir reconocer la propia redención en Dios, en Jesús.
Te invitamos a escuchar al Papa Franciso sobre el discernimiento y el examen de conciencia:
En esta ocasión te ofrecemos la siguiente tabla para llevarla a la oración, el examen de conciencia y después a la celebración de la misericordia.
Seguiremos este esquema:
¿Qué miro yo? Escribe aquello que consideras importante prestarle atención, y que en el ejercicio anterior (I-IV) mirabas como una actitud que no sabías resolver o lo resolvías de un solo modo.
¿Qué mira Dios? ¿De qué se compadece al mirarme? Reporta desde la mirada misericordiosa de Dios. Métete en el corazón de Dios y mírate con misericordia. Piensa que es otra persona a la que describes en este momento, y hazlo desde la perspectiva de alguien que sabe comprender y que tiene empatía por el que sufre con su propia debilidad.
¿De qué tengo que pedir perdón? Anota lo que consideres pecado, es decir, aquello que desde lo espiritual sientes que necesitas la ayuda de Dios. Aquello que logras comprender desde la razón en ti pero que sabes que sólo el toque de gracia puede hacerte reconocer quién es Dios, el único que puede perdonar los pecados.
Ejemplo:
¿Qué miro yo? | ¿Qué mira Dios? ¿De qué se compadece al mirarme? | ¿De qué tengo que pedir perdón? |
Me enfado constantemente con mi madre, sobre todo cuando me sobreprotege y me hace sentir que no puedo hacer las cosas sola. | Pienso que mira mi rebeldía y se compadece de mi corazón herido, a veces desesperado por las exigencias de mamá y de su falta de confianza. | De no saber expresarme correctamente con mamá y entender que ella teme a veces lo mismo que yo. También de ser agresiva con mamá. |
Aquí la tabla limpia:
¿Qué miro yo? | ¿Qué mira Dios? | ¿De qué tengo que pedir perdón? |
4. Diálogo que profundiza
Te invitamos a hablar con tu director espiritual o confesor reposadamente de lo reflexionado en tu tabla en el ejercicio del espejo. Si lo consideras pedir confesión y saber que en gracia podrás reconocer mejor y gradualmente a Dios.
La vida de gracia en el discernimiento es muy importante, pues la vocación le pertenece a Dios y nosotros la habitamos. Es importante tener el alma dispuesta a las voces internas de Dios cuando se está discerniendo, y qué mejor que tenerla en paz.
5. Propósito que nos trasciende
Imagínate que eres un agente celestial “encubierto” con una misión especial: tu labor será acompañar a los demás a conocer a Dios, pero no debes decir lo que eres, sino actuar como uno más en la tierra.
Describe tu estrategia, sobre todo qué actitudes debes manifestar para hablar de Dios sin decir la palabra “Dios”.
Toma nota de esas estrategias y contémplate llevándolas a la realidad. Imagina qué personas de tu vida cotidiana necesitan reconocer y experimentar esas actitudes que llevan a Dios.
Puede servirte la lectura de Ef 6, 10-17.
6. Digno de celebración
Ten a la mano alguna botella de agua bendita. Ella te recordará el don de tu bautismo. Úsala al salir de casa y al volver. Te recordará el gran don de Dios de compadecerse de tu miseria humana y considerar, al mismo tiempo, la grandeza de tu vocación filial y divina.
Puedes hacer una oración muy sencilla o usar una jaculatoria cada vez que uses el agua bendita como sacramental de redención.
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