Pastoral de la Vocación

Retiro Vocacional de Semana Santa para jóvenes (I-IV)

Categorías Sembrar Vocaciones
Este artículo está escrito por Jesús Castillo

Jueves Santo

La amistad verdadera

  • 1. Objetivo: Los jóvenes analizan su modo de “querer” y amar a personas y cosas.
  • 2. ¿Te ha pasado?

Marta es una chica que cada vez que pierde algo o alguien vive un drama. En su interior brotan muchos recuerdos de pérdidas pasadas. Experimenta soledad, tristeza, desesperanza, pocas ganas de trabajar y estudiar. Ella no es capaz de hablar de esto. Se considera muy cristiana y debe poner una buena cara a la vida, así que se limpia las lágrimas y sale a la vida como si nada pasara.

Hoy le han dicho que no trabajará más en el área que ella prefiere sino irá a un nuevo departamento. Se siente cayendo en un vacío y sin nada a lo que pueda sujetarse. Le ha llamado a su mejor amiga y no responde porque está en un examen muy importante. Le ha escrito a su párroco y no le podido responder pues está en confesiones en un monasterio. Le ha escrito a sus padres con ciertas reservas pues teme preocuparles. Ellos le han respondido: -la vida debe seguir te animamos a seguir adelante. No dudes en decirnos si algo te falta.

Marta se siente enfadada con todos pues sienten que la han abandonado en un mal momento. Ha despertado en ella la misma rutina de siempre en estos momentos: soledad, tristeza, desesperanza, pocas ganas de trabajar y estudiar.

¿Qué le faltará a Marta para considerar que la vida es una constante transición?

¿Qué le arrebata la paz a Marta?

¿Qué ha sobrevalorado Marta que, cuando lo descubre menor, se siente vacía?

  • 3. Palabra que ilumina

Leer Jr 20, 7-18

Comentario

Se trata de la quinta y última confesión del profeta marcado por una especie de desgarramiento psicológico en que se encuentra Jeremías. A las quejas de Jeremías sigue un inesperado himno de alabanza al Señor, que a pesar de todo está con él y lo salvará. La estrofa final es durísima y roza el límite de lo tolerable. El silencio de Dios resulta desconcertante y casi insoportable. Para entenderla mejor habría que invertir el orden de las estrofas y leer Jr 20 11-13 después de leer Jr 20 14-18.

El texto puede dividirse en tres partes: a) Pensamiento en “voz alta” del profeta; b)La esperanza que vendrá después de la crisis, y c)El desgarramiento interior del profeta. Dios seduce al profeta, algunos traductores usan el término “engaño”. Es un lenguaje usado por el profeta que expresa su enojo con Aquel que le llamó y le dio la misión profética. Jeremías se siente inmerso en un plan de Dios pero también en una situación difícil de persecución. Considera justo contarlo al Señor. La segunda parte narra lo que Jeremías espera después del tiempo de una crisis de persecución, hace que su corazón y mente sintonice con la voluntad de Dios y habla de la recompensa de saber esperar en Dios. Y finalmente, en la tercera parte Jeremías se deshace en reconocer su vulnerabilidad ante Dios, su fragilidad toca fondo y reconoce lo débil que es ante tal situación. Inicia reconociendo que su vida es frágil y que desde su concepción lo ha sido. Aunque parezca maldecir su vida en realidad está reconociendo ante Dios lo pequeño que es y la inconmensurable presencia de Dios que le anima en la esperanza. Una amistad en Dios es aquella que acompaña al vulnerable no la que le resuelve el problema. Confía más allá de la vulnerabilidad, no la anula, la acompaña y espera el proceso de maduración.

  • 4. El espejo

Pensemos un momento en lo que vive Marta y quizá algunos de nosotros: el desequilibrio frente a las crisis. Es muy común que las dificultades y conflictos nos desestabilicen y sintamos que “caemos a un vacío”. Es más anormal no sentir nada en una crisis. No existe ser humano que no lo pase. De hecho la crisis es un desafío a nuestras fortalezas y no sólo a nuestras debilidades.

Marta como Jeremías experimentan la “noche obscura”. El corazón humano por muy espiritualizado que esté sigue siendo difícil y traicionero. El corazón humano vive del día a día. Las emociones y sentimientos le atacan constantemente, es signo que está vivo.

Sin embargo, existen experiencias significativas en nuestras vidas que no tenemos del todo resueltas en el interior y ellas nos juegan engaños. Por eso es muy importante primero reconocer los “afectos desordenados”. Es decir, aquello que es normal sentirlo pero que está desequilibrado. Sea amor o rechazo pero que está fuera de su medida justa. A veces amamos algo o alguien en exceso, o tenemos cierta aversión a ello. San Agustín decía eso del orgullo: nos hace sentir grandes pero en realidad estamos hinchados, y la hinchazón es señal que no se está sano.

A veces sentimos que no amamos suficiente o no nos damos cuenta que amamos en exceso, incluso empalagamos a las personas. Es importante para el discernimiento conocer nuestro modo de amar. A veces nuestra capacidad de discernir, y por tanto de decidir, está limitada por esta actitud desconocida de amar desequilibradamente.

Seguido de reconocer ese “exceso” es bueno considerar hablar de ello. Saber que el que me escucha lo hará sin reservas y sin juicios temerosos sino con todo el deseo de devolver el orden y la justa medida. Para esto sirve mucho: la dirección espiritual, la oración mental, el coloquio espiritual o una simple conversación con alguien que nos quiera escuchar sin afán de dar consejo.

En la noche de la última cena Jesús manifiesta un amor profundo por sus discípulos, reconocemos su elección sobre ellos y la predilección ante la continuidad de su misión. Jesús ama “hasta el extremo” pero ese amor no le detiene en el cumplimiento de la voluntad del Padre sino que la sostiene. Jesús reconoce la grandeza y lo noble de su amor pero también la limitación de su estancia con ellos. Será el último momento festivo con ellos pero los prepara para un festín más amplio y profundo. Este primer día buscamos reconocer la verdadera amistad en Jesús, modelo de amigo y Dios amante (que continúa amando a través del tiempo).

  • 5. Diálogo que profundiza

En tu cuaderno o alguna hoja escribe aquellas cosas que aceptas te detienen ante el presente y el futuro. Pon nombre a las cosas y personas que si hoy te pidieran algo al mismo tiempo que Dios entrarías en crisis.

Por ejemplo, si hoy tuviera que elegir entre ir a un retiro o ir a un paseo con amigos sé que es más importante el retiro pero entro en conflicto sólo pensarlo.

Otro ejemplo, entre llegar a tiempo a misa y arreglarme no sé qué decidir.

Si tenemos pareja, un ejemplo: entre dejar las relaciones prematrimoniales y la abstinencia no sé qué elegir.

Lo importante es reconocer tu fragilidad y cómo ella entra en conflicto frente a Dios y lo que te pide.

En grupo elige y conversa de algún aspecto que consideres pueda iluminar a otros a reconocer desde la propia fragilidad que aún nos pensamos mucho eso de “elegir lo que Dios quiere”. Esto es aprender a reconocer la vulnerabilidad. Un poco lo que hacemos en el acto penitencial de la misa, reconocemos nuestra fragilidad ante la infinita misericordia de Dios.

  • 6. Propósito que nos trasciende

El Papa Francisco ha repetido en algunas ocasiones que el Espíritu Santo nos anima a mirar con misericordia nuestras propias fragilidades. En este primer día conviene pedir el Espíritu Santo y hacer un examen de conciencia reconociendo aquello que, por ahora, ponemos a la altura de Dios y que no nos permite cumplir su voluntad.

El Papa compara nuestra reacción frente al Enemigo: que nos hace tener horror de nuestra fragilidad y es tan espantosa que mejor la negamos o escondemos.

Elabora un propósito a la luz de la confianza en Dios. Para ello te puede servir el esquema de “la picadura”. Este consiste en el dicho: ahí donde está el veneno ahí está el antídoto. No es que debamos buscar una segunda mordida, sino saber identificar el agente que provocó la inflamación de mordedura. Conociendo la especie podemos aplicar el antídoto correspondiente.

Por ejemplo, reconozco que mi mordedura es una constante resistencia y enfrentamiento a mis padres, por lo tanto su antídoto sería una búsqueda sincera de objetividad frente a ellos y reconocer cuando en verdad me corrigen por amor y cuando me corrigen de modo inadecuado dada su misma fragilidad humana. Me propongo la actitud de acoger sus palabras y primero reflexionarlas antes de devolverles un discurso de rebeldía infantil.

  • 7. Digno de celebración

Es un buen día para celebrar la misericordia asistiendo al sacramento de la confesión o al menos durante la noche proponerse hacer un examen de conciencia frente a Dios, en al intimidad de la habitación. Ahí donde Dios ve en lo secreto y tu Padre que ve en lo secreto te escucha.

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