La música nos educa para tener un corazón sensible, atento, pronto para la escucha. Por este motivo creemos que es importante enseñar a los jóvenes que la música puede ser un instrumento útil en nuestro camino vocacional. No debemos olvidar que para descubrir nuestra vocación (del latín, ‘llamada’) primero es esencial escuchar. Nos servirá para ello la canción de Morat «No hay más que hablar».
«No hay más que hablar»
Para el encuentro de hoy hemos preparado esta canción que habla fundamentalmente de una ruptura, de una relación rota. La canción se llama «No hay más que hablar», fue lanzada en 2021 y se trata de uno de los grandes éxitos del grupo colombiano Morat, muy reconocido entre los jóvenes.
En primer lugar, invitamos a que la escuchen atentamente, tanto la música como la letra. Les entregamos un folio con la letra y con una oración que leeremos al final del encuentro. De momento deben fijarse únicamente en la letra de la canción: pueden leerla mientras la escuchamos, subrayarla, apuntar alguna idea…
Puedes descargar aquí el texto de la letra y la oración final.
Pincha en el título de la canción para escucharla desde Youtube.
«No hay más que hablar» – Morat
No hay más que hablar.
Ya no cabe una carta más sobre la mesa
y aunque nos pesa, es la verdad,
pero me acostumbré a nunca buscar las piezas que perdí.
Tú te quisiste ir, fui yo quien se quedó.
Si nadie te obligó, ¿por qué ahora vuelves a mi puerta?,
con la certeza de que sigue abierta.
Recuerda, fue tu decisión
montar tu vida en ese avión.
Tengo testigos, me convertiste en tu enemigo.
Si hay tantos peces en el mar,
¿hoy por qué vuelves a buscar algo conmigo?,
si ya acepté no estar contigo.
Porque mientras tú le dabas diez vueltas al mundo
yo malgastaba los segundos
dando mil vueltas en la cama sin dormir.
Mientras tú te ibas de fiesta en Barcelona
jugando a ser otra persona
yo no cambié, solo aprendí a vivir sin ti.
Dime por qué así de la nada me buscaste
si no he cambiado y soy el mismo que dejaste.
No hay más que hablar.
Ya no tiene sentido que me hagas promesas
que sé que no vas a cumplir.
Ya no vas a verme llorar
como la última vez que te vi.
Y aunque tú quieras insistir, no queda nada más que hablar
Tú te quisiste ir, fui yo quien se quedó…
Recuerda, fue tu decisión…
Porque mientras tú le dabas diez vueltas al mundo…
Dime por qué así de la nada me buscaste
si no he cambiado y soy el mismo que dejaste
un día de enero.
Y aunque tú sabes que te quiero
no quiero que me digas que te equivocaste.
Porque mientras tú…
Dime por qué así de la nada me buscaste
si no he cambiado y soy el mismo que dejaste.
Para el trabajo
Una vez escuchada la canción, creamos un diálogo espontáneo con el grupo de jóvenes. Podemos orientarlo de la siguiente manera.
Comprendemos el significado de la canción.
- ¿Qué piensas de la canción? ¿Qué sentimiento te genera (tristeza, rabia, melancolía, alivio…)?
- Ya enseguida por el título, y aún más si leemos la letra, nos damos cuenta de que la canción habla de una relación rota. Quien canta no quiere saber nada de otra persona, a pesar de que ahora intenta volver a su vida. ¿Te atreverías a imaginar por qué?
Y yo… ¿Qué tengo que ver con esta canción?
- Si tuvieras que elegir una de las frases que resume lo que el autor quiere decir, ¿cuál sería? ¿Crees que habrá gente que se sienta identificado en ella?
Quizás tú te has encontrado alguna vez en una situación similar: querías romper completamente la relación con alguna persona que te ha hecho daño o has sentido que alguien no quería saber más de ti… O quizás puede que simplemente tengas miedo de que esto te suceda alguna vez. Este miedo no es tan raro. Todos hemos tenido miedo de que una relación termine o simplemente de que el amor se agote.
- ¿Por qué crees que las relaciones (de cualquier tipo) terminan? ¿Es fácil en nuestra sociedad perdonar, ceder, entender a las otras personas?
- Vayamos un paso más allá: ¿crees que Dios tiene algo que ver en las relaciones humanas? ¿Puede intervenir de alguna manera?
Invitación a (re)conocer el Amor de Dios
¿Y si te dijera que existe un amor que no tiene límites, que no da síntomas de agotamiento? Imagínatelo: una persona que te ama para siempre, de una manera eterna, que jamás te dirá “Entre nosotros no hay más que hablar”. ¿Qué sientes? ¿Te alivia de alguna manera? ¿Crees que podría cambiar en algo tu vida?
Pues bien, esta persona es Dios. Él nos ama de un modo único y sin final. Nunca va a querer romper la relación contigo. No importa cómo seas, Él estará ahí. Y no se queda ahí: Él además nos presta su amor infinito para que nuestras relaciones puedan recomponerse por medio del perdón. Él es una fuente de amor.
En clave vocacional
Toda vocación surge de este misterio de amor. Dios, que te ama infinitamente, también ha soñado para ti un futuro. Él te llama porque te quiere y porque busca para ti lo mejor. También ha pensado en ti porque busca lo mejor para las personas que sufren. ¡Sí, Dios no solamente pensaba en llamarte para hacerte feliz, sino para que tú hicieras felices a los demás a través de tu entrega, de tu servicio! ¿Alguna vez habías pensado que tu vida tiene un nuevo sentido cuando eres capaz de ponerla al servicio de los otros?
La canción termina con una pregunta: «Dime por qué así de la nada me buscaste si no he cambiado«. ¿Por qué crees que Dios te busca? ¿Qué crees que ha visto Él de valioso en ti?
Oración
Señor, Tú haces nuevas todas las cosas…
Si quieres, escribe una breve petición a Dios (que te ayude a perdonar, a sanar una relación concreta, que te dé la confianza en Él para no tener miedo) o dedícale un pequeño agradecimiento (por su Amor, por haberle conocido, porque sientes que está contando contigo para una misión determinada). Por último, una persona lee el siguiente texto del Evangelio de san Juan y todos juntos leemos la oración final:
Porque tanto amó Dios al mundo
Juan 3,16
que envió a su Hijo Unigénito,
para que todo el que cree en él no se pierda,
sino que tenga vida eterna.
Te doy gracias, Señor, porque eres bueno,
porque es eterno tu amor conmigo.
Ayúdame a sanar mis relaciones,
concédeme la certeza de que Tú nunca me abandonarás
y enséñame a amar como Tú amas donándome un corazón valiente.
Amén.
0 comentarios